jueves, 7 de mayo de 2009

El arte emigra

Ciudadanarquica
acrílico sobre tela
Luzma Vega

Análisis de la Plástica del Noroeste

UABC

Profesor: Roberto Rosique



El arte emigra

por Luzma Vega

Es muy probable que cada 4 de 5 familias de Tijuana estén constituidas por padres o abuelos provenientes de algún estado de la república Mexicana.

Tijuana tiene una particularidad muy especial, puedes encontrar a gente de todo el país e incluso arriesgándome a especular se puede encontrar gente de todo el mundo; personas que emigran de un sitio del país, llegan a Tijuana persiguiendo el “sueño americano” o aquellas grandes transnacionales que traen consigo a su gente en busca de mano de obra barata.

La historia se repite año con año miles de personas llegan, cohabitan, se van o deciden permanecer en “la frontera mas visitada del mundo”.

A todos nos une el mismo pasado, llegamos o nos trajeron con base en el mismo argumento; es una realidad a Tijuana la hicieron los emigrantes, tejieron sus esperanzas, los engañaron, los robaron, poblaron y después la abandonaron.

Así se vive en la frontera en un constante ir y venir enfatizando el carácter transitorio de la ciudad, Tijuana no es la ciudad mítica que los turistas imaginan, tampoco es apocalipsis en persona. Es más que un raudal de gente, imágenes violentas en los periódicos y oxxos en las esquinas.

Tijuana es el folklore, lo kitsch, lo grotesco, lo bello, lo nuevo, lo viejo y lo prestado, es un todo por el todo.

En Tijuana el arte se vierte en forma similar a la polimeración que vive su gente, esa mezcla entre lo convencional y contemporáneo.

El arte local lleva implícita la historia del emigrante, muchos de los artistas consolidados en Tijuana no son nativos de la región, mas sin embargo son ellos quienes han generado la pauta para el desarrollo del arte y cultura en la localidad.

Muchos de éstos artistas permanecen vigentes ya que su lenguaje pictórico se ha insertado en la actividad contemporánea; denominándolo de algún modo podríamos decir que estos personajes pertenecen a una primera generación.

Posteriormente, los artistas de una segunda generación, pertenecen a jóvenes ya nacidos en Tijuana, o jóvenes provenientes de algún sito del noroeste del país principalmente, que han llegado a Tijuana con el fin de producir, e “importar sus productos” hacia un sitio de mayor conveniencia económica, en este caso Tijuana puede proporcionarle al artista la posibilidad de moverse de una región a otra (gracias a su cercanía con los EE.UU.).

Los artistas de la primera generación, han conseguido un sitio privilegiado en el pequeño mercado local, los artistas de la segunda generación van por un mercado más amplio que puede proporcionar el país vecino. No parece ser algo negativo para la región, ya que ambos grupos realizan incursiones en el ámbito local, aunque no sean en número de relevancia puesto que son pocas las instituciones que existen en la localidad.

Ahora bien, se puede hablar de una tercera generación de artista, esta puede estarse “cocinando” a partir de la apertura de la Escuela de Arte de la UABC, ya que en las generaciones anteriores los artistas suelen ser autodidactas que tienen como perfil otra carrera no relacionada con las artes plásticas, o bien se formaron en base a cursos o talleres, pocos son los que se han formado en un escuela, y esta tuvo que haber sido necesariamente fuera de Baja California.

Ahora bien, la nueva generación propone un perfil parte conceptual y parte técnico, situación que le dará a la ciudad un nuevo enfoque a lo que se ha venido haciendo, cabe mencionar, que la escuela no pretende formar “artistas”, pero en la marcha es de esperarse que surjan aquellos que le den sentido a la nueva estructura insertada en Tijuana.

Es necesario hacer hincapié en la o las formas en la que hace arte en Tijuana; ésta es una región multicultural y al igual que ello el arte que se hace también lo es, ya que no solo se hace arte narrativo de los sucesos locales, también se esta al día con la tendencia actual, imprimiendo el artista su visión muy particular.

Hablar de arte en Tijuana también es hablar de sobornos, transas, narcotráfico, miseria, drogas, vagos, cholos, “marías”, prostitución, maquilas, contaminación, ruido, la migra, lo fronterizo, lo sexista, lo creativo, lo molesto, lo neta, lo cool, lo fantasioso, ya que llegar a Tijuana es empaparte de lo que sucede en la región.

De esta forma la emigración del arte lleva en su recorrido obligado una escala en esta región, partiendo de algún estado de la república, llega a Tijuana cohabita en el medio local, y posteriormente puede y debe proyectarse hacia el ámbito internacional, dándole así seguimiento a la cadena evolutiva.

Porque la emigración no es un fenómeno, es un proceso de supervivencia…

Tijuana es la sala de espera hacia el camino obligado en el arte, que no necesariamente es una espera incomoda.


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